El consumo de drogas puede tener
consecuencias devastadoras para la salud física de quienes las consumen. Estas son algunas de las secuelas más comunes:
Adicción:
La adicción es considerada una enfermedad del
cerebro. Las drogas pueden modificar los hábitos y conductas de las personas,
convirtiéndolas en autómatas en favor de su consumo.
Además,
el síndrome de abstinencia, que se presenta cuando no se ingieren las
sustancias, puede causar decaimiento, depresión, ansiedad y pérdida de
control emocional.
Deterioro del sistema nervioso central:
El sistema nervioso central dirige las
funciones de todo el cuerpo. El abuso de drogas puede dañarlo gravemente,
afectando la coordinación, las percepciones sensoriales y el lenguaje.
En
casos graves, estos efectos pueden ser irreversibles.
Pérdida de autoestima y sentimiento de culpa:
Los consumidores dependientes suelen
experimentar una pérdida de autoestima y un sentimiento de culpa. Se
vuelven esclavos de la droga, sin amor propio ni esperanza.
Enfermedades físicas:
El consumo habitual de drogas aumenta la
probabilidad de adquirir graves enfermedades. Algunas
de ellas incluyen trastornos vasculares, cirrosis y hepatitis.
Problemas cardiovasculares:
Las
drogas pueden afectar el corazón y causar arritmias, infartos o ictus.
Problemas respiratorios:
El
consumo de drogas también puede dar lugar a problemas pulmonares, como
neumotórax o hemorragias.
Disfunciones sexuales:
Algunas
drogas pueden afectar la función sexual y la salud reproductiva.
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